lunes, 26 de julio de 2010

De Dalat a Saigon, 4 dias en moto con los Easy Riders

Tomamos un bus nocturno que via Nah Trang nos llevó hasta Dalat. Nos costó aproximadamente 18 dolares y tardo unas 18 horas en total ya que nos pararon varias veces para cenar, desayunar y comer, algo muy típico aquí.



Dalat nos resultó algo diferente del resto de las ciudades o pueblos que habíamos estado. Parecía más europeo, el estilo de las casa y el orden en el tráfico eran notables respecto a lo visto en el norte. Por otra parte, por estar más alto que los demás, la temperatura era más primaveral y se notaba el fresquito.

Varias personas nos habían comentado y recomendado la opción de encontrar a los Easy Riders, un grupo de vietnamitas que te pueden llevar en su moto con todo tu equipaje, a recorrer el país tantos días como uno quiera y cubriendo la ruta que se desee. La verdad es la sensación que teníamos de Vietnam era mas agria que dulce y queríamos ver el pais de una manera diferente a la que habíamos echo. Es muy difícil salir del camino turístico y estar en un sitio sin turistas y sin vietnamitas a la caza del turista. Encontrar un lugar donde la gente te sonria y ver cómo es su vida y lo que hacen para ganársela. Por lo que no dudamos en buscarlos y no fue difícil encontrar su sede en Dalat.
Tras hablar con ellos y comentarles que queríamos llegar a Saigon, nos propusieron un viaje de 4 dias y 3 noches por 70 dolares al día. Aunque suena caro, y realmente lo es, ha sido el dinero mejor invertido en Vietnam. Sin lugar a duda.
A la mañana siguiente, 8:30 am, vinieron a buscarnos al hotel Knyep y Junan, montaron nuestras mochilas en la moto y comenzó el viaje.
Primera parada, la Crazy House, un hotel...diferente. Diseñado por una arquitecta que estudió en rusa y que por lo visto se basó en Gaudi. Para mí fue un poco como estar en Alicia en el pais de las maravillas.
De allí salimos de Dalat y comenzaron los paisajes verdes, la selva y los campos de cultivo de todo tipo. Vietnam ha perdido el 50% de su selva, un 15% se debe al bombardeo de los americanos y el resto a la agricultura. Cortaron tanto para cultivar que el gobierno tuvo que dar el alto y prohibir la tala de árboles. El 70% de la población vive de la agricultura y de la exportación de lo que producen. Para ellos es su manera de vivir, pero ha llegado un punto en el que si no se para, el país pierde su selva.
Entre los diferente cultivos vimos algunos que nos gustaron más que otros, aún así, estar solas en ellos viendo como los trabajan y explicándonos el proceso de cultivo tuvo mucho encanto en todos y cada uno de los que vimos.

El primero fue de flores...muy bonitas. Cuando le pregunté a Knyep si le regalaba flores a su mujer se rio y dijo enérgicamente que no, que eso es un lujo y que no se estila allí..



Luego llegó el café. Vietnam es uno de los 5 paises que más café exporta en el mundo. En concreto, esta provincia es la que más lo hace y es algo que pudimos ver perfectamente ya que todos los campos eran de café.
Frente a la plantación estaba este lago, totalmente rodeado de café y más café..





La siguiente parada fue para enseñarnos una fábrica donde producen seda. Yo no había visto esto nunca y para mi fue todo un descubrimiento, muy interesante.


El gusano de la seda pasa 27 días comiendo hojas y luego comienza a echar hilo por la boca (literalmente) para enroscárselo a si mismo y hacer un huevo a su al rededor.

Estos huevos se meten en agua caliente y mediante estas máquinas sacan su hilo.


Aquí nada se tira. Las larvas que quedan dentro del huevo, (porque el gusano se convierte en larva) las guardan para comerlas o venderlas en el mercado.

Una vez que han sacado el hilo del huevo y lo tienen enroscado en las bobinas, se trata hasta conseguir el hilo final.


El último paso del proceso es crear los tejidos. Para ello se utilizan estas máquinas tan viejas y ruidosas, en la que se pone un patrón y las bobinas de hilo, para finalmente conseguir la tela.
Hay que decir que todas las personas trabajando allí eran mujeres. Están ahi de sol a sol y la jornada laboral es de 7 días. Desde luego ahora comprendo por qué la seda se paga tán cara..

Después de esto, volvimos a montar en la moto y nos dirijimos a unos poblados de unas etnias minoritarias, parando en unas cascadas que había de camino.

La primera etnia que visitamos fue la K'ho. En estas pequeñas comunidades tanto el idioma como las tradiciones son diferentes a las vietnamitas. De echo, Knyep y Junan no podian entenderse con ellos. Tras la guerra,estas minorías étnicas se quedaron sin nada por lo que el gobierno les ayudó a reconstruir las casas de su aldea, a tener un pozo de agua y lo básico para poder vivir...



Los niños nos miraban con curiosidad desde una distancia, no se acercaban a nosotras.
Junan había traido unos caramelos para regalar a los niños y en cuanto los sacó, todos se acercaron y pudimos jugar un poco con ellos.



Nos enseñaron el interior de una de las casas..El 'salón' sirve de lugar donde hacer sus cestas de bambú, aparcar su moto o simplemente estar..


En la cocina nos encontramos a uno de los cerdos que tranquilamente paseaba por alli..


Los niños estaban de vacaciones del colegio. Es verano y qué mejor idea que darse un baño en el rio!


Por fín comenzábamos a sentir que estábamos en Vietnam, no en un lugar vietnamita preparado para el turista. Este poblado hizo que se removiera algo dentro de mí . Me sentía mucho mas receptiva y sensibilizada con la gente.





Nos despedimos de los K'Ho para seguir con nuestro camino. Quedaban muchos kilometros por recorrer.

Por el camino pasamos por un montón de pueblos, algunos más grandes que otros. En la mayoría de ellos se veían las banderas vietnamitas y se podía apreciar el estilo colonial frances de las casas.



Esta casa, en medio del camino, fue nuestra siguiente parada. La familia que vive aquí hace vino de arroz. Pudimos entrar y ver su pequeña producción.


En la parte trasera de la casa había una pocilga del tamaño de la casa. Los cerdos siempre están presentes en los hogares vietnamitas. Lo mismo te encuentras un pollo andando tranquilamente que un cerdo. Personas y animales conviven en armonía.



Continuamos con el viaje y paramos en este cultivo de Fruta de la Pasión. Knyep compró un kilo para que lo desayunáramos al día siguiente.


Una vez más, nos montamos en la moto y seguimos haciendo más kilómetros en la provincia de Dak Lak.
Nos detuvimos en otro poblado para conocer a otra minoría étnica. En cuanto paramos las motos y nos acercamos, vinieron corriendo a saludarnos y a recoger los caramelos que Junan tenía para ellos.
Los Ma' tienen uno toque diferente, físicamente hablando, a los vietnamitas, me parecieron más indios. Estos niños eran menos tímidos que los anteriores e incluso pudimos sacarnos una foto con ellos.




Dimos un paseo por la aldea mientras Junan nos explicaba cosas sobre esta gente.


Pudimos entrar en una de las casas y vimos cómo esta mujer cocinaba. Es increible ver lo simples que son estas viviendas, no tienen prácticamente nada.


Nos despedimos de ellos y volvimos a montar en la moto para llegar a nuestra meta del día, el lago Lok.
'Autobuses rurales' nos adelantaban de vez en cuando mientras sus pasajeros volvían su cara hacia atrás y nos sonreian. Para ellos, ver a un occidental en moto por sus carreteras era todo un evento, nos saludaban agitando sus manos y gritando 'hello!!!!'



El lago Lok, nuestro destino, es uno de los más grandes de Vietnam y allí pasamos la noche. Había sido un dia intenso y estábamos muy cansadas. Cenamos con Knyep y Junnan, los cuales habían estado tomando vino de arroz mientras esperaban a la cena así que estaban bastante contentos. Tras la cena, diferentes grupos de gente que se hospedaban allí con otros Easy Riders nos juntamos y tomamos unas cervezas al son de la música de la guitarra. Knyep canta y toca muy bien y dio un ambiente muy divertido a la velada.




Dia 2: A las 8:30 de la mañana comenzaba nuestro segundo día con Knyep y Junan. Nos llevaron a desayunar al pueblo que hay junto al lago Lok. En este lugar aparte de desayunar, también se podía dar un paseo en elefante por 10 dolares.


Nosotras, el día anterior ya habíamos acordado que lo haríamos, solo que pensábamos que sería en la selva, no en un pueblo. Eran las 9 de la mañana y el sol pegaba fuerte, así que nos dejaron los gorros vietnamitas para hacer el paseo.

El paseo consistía en dar una vuelta al rededor del lago, metiéndonos dentro de él, así el elefante se puede alimentar de la hierba y los árboles que lo rodeaban y beber agua y bañarse. Hubo un momento de tensión ya que se hizo más profundo de lo esperado y pensamos que terminaríamos en el agua. No me hubiera importado bañarme si no tuviese la cámara de fotos en la mano..

En el desayuno nos encontramos con un grupo de españoles que iban a montar en elefante también. Al salir de allí nos los cruzamos en la carretera. Estos elefantes están bien cuidados pero aún así, no encontraba natural verlos andando sobre cemento, con estos 'bancos' sobre ellos. La verdad es que me quedó mal sabor de boca tras el paseo y decidí no volver a hacerlo.

Tras el paseo comenzamos la nueva jornada sobre la moto. Nos esperaban muchos kilómetros por delante hasta llegar a las tierras altas centrales (central highlands). La primera parada fue una visita a la última de las minorías étnicas que íbamos a visitar en el viaje, los M'ncing.



Una vez más, pudimos ver el interior de una de las casas, igual de simples que todas las anteriores. Están construidas a lo largo y no hay paredes divisorias. Son las columnas las que marcan los diferentes espacios. En orden según se entra, están la cocina-salón, dormitorio de adultos y por último los dormitorios de los niños.

La calma y tranquilidad de esta aldea contagiaba tanto a personas como a animales, que por supuesto, son una parte muy importante en estas comunidades y andan a sus anchas allá por donde quieren.


Sentarse durante un rato en la 'plaza' del pueblo y observar a la viejita que pasa por ahí, se ducha en medio de la plaza, tirándose un par de cazos del pozo por encima mientras se tapa con un pareo, el pollo que pasa al lado de tí, el cerdo que ronca mientras se echa la siesta, los niños que pasan mirando curiosos y sonriendo con un 'hello!!', el perro que viene a darte su permiso para estar en su territorio, los platos sucios del desayuno que están esperados a ser fregados junto al pozo..Un lugar con encanto, definitivamente. Poder estar dentro de su realidad aunque solo sea por media hora fue maravilloso.


Seguimos paseando por allí durante un rato y volvimos a las motos ya que teníamos mucho camino aún que recorrer. La meta de hoy era llegar hasta las Virgin Falls y su parque nacional, donde haríamos noche.

Paramos en la capital de la provincia, Buonma Thu city, para tomar un café y descansar un rato. El café en Vietnam está buenísimo y es muy barato. Cada día tomamos uno por lo menos. Tras el break, nos dirijimos hacia el parque nacional parando en este arrozal, que ya había florecido y por fin, pudimos ver arroz. Ya habíamos visto arrozales anteriormente, pero nunca habíamos visto el arroz propiamente dicho.


Ya estábamos allí, por fín. Habían sido largas horas de moto hasta llegar a nuestro destino.

El parque tenía 3 cascadas que Knyep nos recomendó. La humedad y el calor eran fuertes, así que cogimos nuestras botellas de agua y la cámara y comenzamos el camino por este parque.
No fué muy dificil encontrar la primera.


En esta primera cascada, había unos cuantos locales que nos saludaron efusivamente desde el otro lado del río.


Las mariposas me tenían embelesada..Había muchísimas y todas de diferentes.


Llegamos a la segunda cascada, en la cual había más de un turista local y más de un curioso que nos preguntó qué idioma hablabamos o de donde éramos.

En la tercera cascada nos pasó algo muy curioso. De repente, apareció este grupo de personas con todo el equipo para fotografiar a una pareja de novios. No sabemos si eran verdaderamente recién casados o simplemente modelos, pero fue muy gracioso cómo nos pidieron que nos moviéramos de allí, desplegaron todos su medios e hicieron su trabajo bajo nuestra atenta mirada. No faltaron las risas..




Antes de llegar a nuesto hostal, vimos a esta gente trabajar en su arrozal, como siempre, encantador..




Éramos los únicos huéspedes en aquel resort que estaba junto al río, lo cual fue muy agradable porque cenamos con la familia que trabaja allí. La mujer había cocinado un pollo muy rico y también había traido vino de arroz que hace su hermana. Los vietnamitas beben mientras comen y cada 5 minutos uno de ellos levantaba su vaso y gritaba 'Yooo!!' para brindar. La cena fue muy agradable pero nos esperaba otro madrugón al día siguiente así que tras un poco de conversación con un café y varios chupitos más nos fuimos a la cama.

Dia 3: A las 8 de la mañana desayunamos láminas de arroz con setas que Knyep había pedido para nosotras como parte de las costumbres vietnamitas. Mientras ellos cargaban las mochilas en las motos, bajé al rio un ratito acompañada de los perros del hostel que eran de lo más sociable.



La misión del día era acercarnos a la frontera camboyana y ver el 'Ho Chi Minh Trial'. Este camino, comenzó como una red de caminos rudimentarios que atravesaban montañas, selva infestada de mosquitos, sanguijuelas y serpientes venenosas, bosques y rios. Tenia 16.000 kilómetros de largo y comenzando en el norte de país, atravesaba el sur de Laos, entraba de nuevo en las central highlands de Vietnam, pasaba por Camboya, en la zona que delimita con Vietnam, que es la parte que nosotras visitamos y entraba por última vez en Vietnam llegando hasta el sur del país. La utilizaban en tiempos de guerra para el transporte de armas y para que los guerros del sur, se juntaran con los del norte y viceversa.





Resultaba increible pensar que estábamos pisando el camino en el que todo esto había pasado, no hace tanto..

Este es un ejemplo de los agujeros que dejaron los B52 de los americanos cuando bombardearon el país en sus avionetas. Ahora los agujeros son parte de estas plantaciones gracias a la ayuda que el gobierno a dado a la gente para que vuelva a estos lugares y haga de ellos sus hogares.


Tras esta lección de historia, proseguimos nuestro camino acercándonos poco a poco al sur. Una vez más, nos cruzábamos con los 'autobuses locales' y sus pasajeros, a los que les hacíamos gracia y siempre nos saludaban con la mejor de las sonrisas.

La siguiente parada fué esta plantación de árboles de caucho. Por lo visto, la compañía francesa Michelín, llegó a Vietnam con la semilla de este árbol, compró un montón de tierras y empleó a un montón de Vietnamitas para hacer sus ruedas.



10 veces al més, hacen estos cortes de los que sale la resina que va directamente a estos cuencos. Cada vez que los recogen, sacan aproximadamente 200 gr, lo cual no es mucho, por ello, tienen miles y miles de hectareas de estos árboles que hemos visto por las carreteras que hemos recorrido.
La siguiente parada fue esta 'fábrica' de anacardos. Tras una selección basada en el tamaño del fruto, cada trabajador pela uno a uno los anacardos con estas máquinas cubriéndose las manos con guantes ya que el aceite que suelta debe ser muy agresivo para la piel.


Los anacardos pasan por varios procesos de tueste antes de ser empaquetados para exportarlos a otros paises.



Los trabajadores fueron muy amigables con nosotros y estaban muy contentos de enseñarnos lo que hacían.

Seguimos nuestro camino en dirección a DongXoai, donde pasaríamos nuestra última noche.



Hicimos un alto en el camino para tomar un zumo de caña de azucar que aparte de ser muy refrescante nos sentó genial, estaba buenísimo!



La última parada fue en esta casa donde hacen cestos de bambú. Los hemos visto a lo largo de todo el camino ya que los vietnamitas los utilizan para cargar con sus cosas.
Dia 4: Hong Xoai - Ho Chi Minh city. Nuestro último desayuno lo hicimos en el mercado de este pueblo por el que pasamos.

Por lo visto ven un turista 1 vez al año, porque absolutamente todo el mundo nos miraba, nos sonreía y preguntaban a Knyep y a Junan cosas sobre nosotras.

No solo se dejaban sacar fotos sino que les hacía ilusión.

Les gustó mucho ver su propia foto en la pequeña pantalla de la cámara.

Vimos cosas curiosas como sapos o bolsitas de sangre de vaca.


Fue la mejor experiencia en cuanto a gente de toda nuestra estancia en Vietnam.



Tras el paseo por el mercado y unas compras que hizo Olga, nos montamos en la moto para seguir nuestro camino.
De camino paramos en este campo de batalla en el que este puente fue destruido para imposibilitar el paso de los tanques, aún quedaba un bunquer y aunque no sabemos si creerlo o no, encontramos restos de la guerra como balas o zapatos.

Volvimos a las motos y pusimos rumbo a los Cu Chi Tunnels.


Esta red de más de 200 km de túneles fueron cavados con pico y pala, por los vietnamitas en tiempos de guerra. Los utilizaban para esconderse de los americanos y sobre todo, de sus bombardeos.

Pudimos ver distintas trampas que utilizaban para matarlos, lentamente...


Esta es una de las entradas a los túneles, llamatívamente pequeña.



Aún tienen restos de aquella guerra como bombas o este tanque.
Esta red de túneles tiene 3 distintos niveles, cada uno 3 metros más profundo que el otro. Resulta increible imaginar pensar que cada vez que oían el ruido de una avioneta tenían que meterse aquí y esperar hasta que el bombardeo terminaba. La oscuridad, el calor y la falta de aire eran algo insoportable, y eso que nosotras solo pudimos pasar por el primer nivel, a 3 metros de profundidad.
A ras del suelo, había 5 diferentes búnqueres que utilizaban como cocina, hospital, lugar donde hacer armas, planear las tácticas y centro de reunión.



Vimos varios cráteres de los temidos B52. Unos agujeros muy grandes..

Nuestra última visita había terminado y los 4 días llegaban a su fin. Por última vez, nos montamos en las motos tras sacar las fotos de despedida y nos dirijimos a Ho Chi Minh.


La llegada a la ciudad fue más impactante de lo imaginado. 4 millones de motos....Una locura..


Gracias a Knyep, Junan y en general a los Easy Riders. Los mejores 4 dias en Vietnam. Una experiencia totalmente recomendable, dinero bien invertido.