Era nuestro último día en Vietnam y aunque siempre da un poco de pena dejar un país, la idea de entrar en Camboya me producía mucha ilusión, tenía ganas de llegar.
Para cambiar un poco la manera de entrar en otro país, y como veníamos del delta del Mekong, decidimos ir a Chao Doc y tomar ahí el barco que atraviesa la frontera Vietnam-Camboya por el rio.
El coste del visado Camboyano es de 22 dolares, que se hace en el mismo barco, y el coste del viaje es de 10 dolares.
Para cambiar un poco la manera de entrar en otro país, y como veníamos del delta del Mekong, decidimos ir a Chao Doc y tomar ahí el barco que atraviesa la frontera Vietnam-Camboya por el rio.
El coste del visado Camboyano es de 22 dolares, que se hace en el mismo barco, y el coste del viaje es de 10 dolares.
Antes de poner rumbo a Camboya, pudimos ir a visitar algunos pueblos flotantes de Chao Doc, entre ellos, un pueblo musulmán.
Resultó interesante ver a estos vietnamitas musulmanes aunque un poco agobiante, ya que el grupo de niños nos seguían constantemente.
Esta pareja de ancianos me llamó muchísimo la atención, el hombre no paraba de sonreir y saludar.
De vuelta al barco dijimos adiós a esta comunidad y pusimos rumbo a la frontera con Camboya.
En el barco, conocimos a Jose y Lupi, una pareja muy amable que estaba de viaje por el sudeste asiático y con los que charlamos todo el día.
Dos horas y media más tarde, por fín llegamos a la frontera Vietnamita, donde esperamos aproximadamente 1 hora para que tramitaran los pasaportes de todos nosotros. La espera fue agradable, sobre el rio Mekong, cafecito..
Vuelta a montarnos en el barco, ahora tocaba parar el el lado Camboyano para gestionar la entrada al país..
Y de chofer!!!
Por fín estábamos en Camboya. Tal vez exagere, pero desde que atravesamos la linea imaginaria que divide los dos paises, la gente en la orilla resultó más amigable. Todos los niños chapoteaban y gritaban de alegria al vernos..y por supuesto, nosotros les saludamos con la misma alegria a ellos. Daba gusto llegar!
En el barco, conocimos a Jose y Lupi, una pareja muy amable que estaba de viaje por el sudeste asiático y con los que charlamos todo el día.
Dos horas y media más tarde, por fín llegamos a la frontera Vietnamita, donde esperamos aproximadamente 1 hora para que tramitaran los pasaportes de todos nosotros. La espera fue agradable, sobre el rio Mekong, cafecito..
Vuelta a montarnos en el barco, ahora tocaba parar el el lado Camboyano para gestionar la entrada al país..
Cambio de país, cambio de barco..
Y de chofer!!!
Por fín estábamos en Camboya. Tal vez exagere, pero desde que atravesamos la linea imaginaria que divide los dos paises, la gente en la orilla resultó más amigable. Todos los niños chapoteaban y gritaban de alegria al vernos..y por supuesto, nosotros les saludamos con la misma alegria a ellos. Daba gusto llegar!
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